Christian Gálvez: «La tele no está para educar»

Christian Gálvez: «La tele no está para educar»

Empezó siendo un sustituto de verano y va camino de cumplir diez años al frente de ‘Pasapalabra’ (Telecinco, lunes a viernes, a partir de las 20.15 horas). «El verano más largo de mi vida», reconoce Christian Gálvez (Móstoles, Madrid, 1980). El presentador está estos días enfrascado en el ‘Bote Máster’, la edición especial del programa que enfrenta a los ocho mejores concursantes de su historia. Pero, mientras tanto, no olvida su otra pasión, la escritura. Además de su próximo libro, ‘Salvad a Rafael’, Gálvez asegura que tiene entre manos un ensayo sobre Leonardo Da Vinci que va a ser revolucionario.

– Va camino de los diez años al frente de ‘Pasapalabra’.

– ¡Ojalá lleguemos! Nosotros no lo esperábamos porque al principio ‘Pasapalabra’ era una simple sustitución de verano, un programa para rellenar el hueco estival, y ahora va camino de ser el verano más largo de mi vida.

– ¿Qué tienen de especial estos concursantes tan longevos como David o Jero?

– Han sabido mimetizarse con el entorno, porque no solo son buenos concursantes, al final acaban aprendiendo a hacer televisión. No tenemos que olvidar nunca que ‘Pasapalabra’, además de un programa cultural, es un formato de entretenimiento, y para conectar con el público hace falta dominar el medio.

– Se sentirá en familia al volver a reunirlos a todos.

– Totalmente. Lo malo es que se retrasan mucho más las grabaciones porque hay muchos que hace tiempo que no veía y con los que he desarrollado amistad. Sobre todo me gusta ver la camaradería entre ellos, aunque quieran ganar. Estamos acostumbrados por el deporte a que los rivales deben ser enemigos, pero aquí no es el caso.

– ¿Durante el programa hay alguna vez que esté seguro de que se vayan a llevar el rosco?

– Sí, pero el 99% de las veces suelo fallar. Ten en cuenta que yo tengo una visión mucho más global que la que tiene el espectador. Los veo cómo repasan, cómo vocalizan, si se ponen nerviosos. En el caso de David Leo estaba casi convencido cuando solo le faltaban tres palabras, porque llevaba desde el 29 de febrero con él. Le veía mucho más nervioso que de costumbre, le temblaban las piernas y tenía la boca seca.

– ¿No se cansa de grabar tres programas al día?

– Yo tuve una temporada maravillosa en televisión hace muchísimos años, incluso conseguí el Ondas, pero de repente me dejaron de llamar, desaparecí de la tele. Así que doy gracias todos los días y tengo muchos motivos para venir ilusionado.

– ¿Lo pasó mal en esa época?

– Es un tortazo que te vuelve a poner los pies en el suelo, pero esa época no fue chunga para mí. No puedes intentar gustar a todos porque es imposible, y mucho menos después de lo del verano pasado (se refiere a ‘Vaya Fauna’, programa criticado por los animalistas). Ahora me centro en gustar a la gente a la que ya le gusto, porque eso cuando tienes 18 años se ve de otra forma.

Repartir la vida

– ¿Se considera un bicho raro en Telecinco?

– No, cuando Paolo Vasile dice que una cadena no es para educar sino para entretener tiene razón. Si además podemos añadirle un plus de cultura, mejor. Fíjate que yo hice magisterio, si encima tienes un profesor que te eduque y te enseñe ¡es la leche! Pero la tele no está para educar, la pública posiblemente, pero eso ya es otro debate.

– ¿Sigue escribiendo?

– Estoy escribiendo la próxima novela de mi ‘Trilogía del Renacimiento’, ‘Salvad a Rafael’, y en marzo publicaré un ensayo muy ‘heavy’ a nivel mundial sobre Leonardo Da Vinci. Voy a intentar demostrar que una cosa que hasta ahora se daba por cierta en torno a una imagen no es realmente así. Muy guay.

– Es su válvula de escape.

– Me tiro muchas horas en televisión y tengo que repartir mi vida entre tres pasiones y dormir (risas). Cuando no hago tele, escribo y estoy con mi mujer.

Fuente original: lasprovincias.es