El rostro del arte

El rostro del arte

Desde la década de 1960 la ciencia ha soñado con poner rostro a los protagonistas de la Historia. Las técnicas forenses de reconstrucción facial por medio de dibujos, imágenes tridimensionales o las modernas TAC, han ayudado extraordinariamente a ello. Se ha hecho con Tutankhamón, Bach, Copérnico y ahora se quiere hacer con Leonardo (1452-1519), uno de los mayores exponentes del saber y del arte universal.
Leonardo el hermoso
Existen varios documentos casi contemporáneos a Leonardo que nos hablan de su hermosura. Uno de los más conocidos es el libro de Giorgio Vasari (1511-1574)Vidas de los mejores pintores, arquitectos y escultores italianos(1550, revisado en 1568). En él se nos habla del maestro de una manera casi divina: «Los cielos suelen derramar sus más ricos dones sobre los seres humanos -muchas veces naturalmente, y acaso sobrenaturalmente-, pero, con pródiga abundancia, suelen otorgar a un solo individuo belleza, gracia e ingenio, de suerte que, haga lo que haga, toda acción suya es tan divina, que deja atrás a las de los demás hombres, lo cual demuestra claramente que obra por un don de Dios y no por adquisición de arte humano. Los hombres vieron esto en Leonardo da Vinci, cuya belleza física no puede celebrarse bastante, cuyos movimientos tenían gracia infinita y cuyas facultades eran tan extraordinarias que podía resolver cualquier problema difícil que su ánimo se planteara. Poseía gran fuerza personal, combinada con la destreza, y un espíritu y valor invariablemente regios y magnánimos. Y la fama de su nombre se propagó a tal punto, que no sólo fue celebrado en su tiempo, sino que su gloria aumentó considerablemente luego de su muerte».
Christian Gálvez acaba de publicarLeonardo da Vinci, cara a cara(Aguilar 2017) y viene a SER Historia a contarnos los últimos secretos de este apasionante artista que revolucionó el mundo del pensamiento hace casi cinco siglos.

Fuente original: cadenaser.com