31 Ago Desvelan el misterio de la sonrisa de la Mona Lisa
La «sonrisa inalcanzable». Así es como han denominado Alessandro Soranzo y Michelle Newberry -de la Universidad Sheffield Hallam- el curioso fenómeno visual que se produce en cuadros como la Mona Lisa y que (generados mediante una técnica ancestral llamado «sfumato») logra que la boca de la protagonista esté sonriente o triste dependiendo del ángulo desde el que sea vista. A su vez, han contrastado dicha forma de pintar con la aplicada a otro cuadro de Leonardo da Vinci y han llegado a la conclusión de que también se utilizó en él.
Así lo afirma una investigación dirigida por estos dos expertos y que, hace algunas jornadas, se ha dado a conocer en la revista «Science Direct». Por lo tanto, parece que han logrado desvelar al fin el misterio de la Mona Lisa, cuyo rostro desconcertaba al mundo al mostrar una sonrisa o una tez seria atendiendo al lugar desde el que era mirada. Según explican, todo se debe a un truco visual muy ingenioso basado en el «sfumato», una técnica que se basa en la mezcla de una serie de colores y técnicas artísticas que engañan a nuestro cerebro.
Pero… ¿En qué consiste realmente la «sonrisa inalcanzable»? En palabras de los expertos, es un efecto que se sucede cuando, al mirar solo la boca de la dama de la pintura, esta parece sonreir. Mientras, si se fija la vista en sus ojos o cualquier otra parte de su cara, da la impresiób de estar seria.
La bella princesita
El hallazgo de este fenómeno y su relación con el «sfumato» ha podido descubrirse gracias a otro cuadro de da Vinci conocido como «La bella principessa». En él, el artista utiliza los mismos efectos visuales para modificar su rostro atendiendo al ángulo desde el que sea mirada. Con todo, en este caso la mujer del cuadro no es la Gioconda, sino Bianca, la hija ilegítima de Ludovico Sforza -Duque de Milán desde finales del siglo XV-. Al parecer, este hombre encargó al pintor el cuadro para honrar la boda de su pequeña (de 13 años) con un comandante del ejército milanés.
Tal y como explica la versión digital de la revista «Science Discover», el retrato fue realizado con la misma técnica por lo que, cuando se ve desde una distancia prudente, parece sonreír. Por el contrario, cuando se aprecia de cerca, su boca se torna en una mueca de desagrado. «La sonrisa desaparece a medida que el espectador se mueve, por mucho que quiera que se quede fija. Hemos llamado a esta ilusión óptica la “sonrisa inalcanzable”», señala Soranzo en su extensa investigación artística.
Las pruebas
Una vez descubierto el fenómeno, los expertos se propusieron averiguar cómo funcionaba. Para ello, solicitaron a una serie de voluntarios que disfrutaran de los rostros de los dos cuadros a una distancia considerable y, acercándose paulatinamente, valoraran del 1 al 7 los cambios que observaban en los lienzos (copias, por cierto, de los originales). Las imágenes eran, no obstante, borrosas en los bordes para asegurarse de que el centro de atención era la boca de las damas.
A continuación, repitieron el mismo experimento, aunque superponiendo de forma alternada rectángulos negros sobre los ojos y los labios de las mujeres. En el segundo caso, cuando se tapó la boca de las pinturas, los voluntarios no lograron discernir ningún cambio en sus facciones. Así pues, fue sencillo establecer que solo en la boca se hallaba el «truco maestro».
Según el estudio, la «culpa» de esta ilusión óptica la tiene el «sfumato», una técnica que combina los colores para producir transiciones suaves y graduales en el ojo humano evitando usar los contornos claros. Esta curiosa forma de pintar fue utilizada en la «Mona Lisa» y en la«Bella Principessa», donde no hay una línea de separación clara entre los labios y el resto de la cara. «Tenuendo en cuenta el dominio de da Vinci de la técnica, y su posterior uso en la Mona Lisa, es perfectamente concebible que se hiciera de forma intencional.
Fuente original: abc.es